Escrito por 22:17 Curiosidades de Marte

El misterioso resplandor del cielo de Marte: así son las nubes noctilucentes que brillan tras la puesta de Sol

Descubre las misteriosas nubes noctilucentes de Marte: hielo brillante que enciende su cielo tras el atardecer. ¡Un fenómeno único!

El misterioso resplandor del cielo de Marte: así son las nubes noctilucentes que brillan tras la puesta de Sol

¡Saludos terrícolas curiosos! Hoy os hablo desde el polvo rojizo y los vientos gélidos de Marte, más concretamente desde una pequeña cueva cerca del cráter Gale, donde tengo la suerte de observar un espectáculo que muy pocos humanos han presenciado jamás. Me llamo Weirk (sí, con “W”, que en marciano es una letra bastante chic), y quiero hablaros de algo tan hermoso como enigmático: las nubes noctilucentes marcianas.

¿Pensabas que el cielo marciano era siempre aburridamente rojo y polvoriento? Pues prepárate para flipar. Cuando cae la noche, a veces el firmamento se viste con un espectáculo de luces que parece sacado de un sueño cósmico. Y no, no estoy exagerando ni me ha dado un golpe de hipervelocidad… ¡Estas nubes realmente existen y son mucho más que simples trozos de vapor colgando del cielo!

¿Qué son las nubes noctilucentes marcianas?

Siendo sincero, muchos marcianos de mi generación creíamos que eso de las nubes era un fenómeno exclusivamente terrestre. Pero desde hace unas décadas terrestres —más o menos unas revoluciones marcianas— los humanos empezaron a ver algo extraño sobre nuestras cabezas desde sus robots curiosos (sí, hablo de esos rovers que van husmeando como turistas sin GPS).

Las nubes noctilucentes en Marte, también conocidas como nubes brillantes crepusculares, son formaciones delgadas que brillan con una luz tenue tras la puesta de sol. Y no es que produzcan luz propia, ¡nada de eso! Lo que hacen, al igual que sus primas terrestres, es (atención, amantes de la ciencia) reflejar la luz solar cuando el Sol ya se ha escondido bajo el horizonte.

Un resplandor que desafía la oscuridad marciana

En un planeta donde la noche es realmente oscura, ver estas nubes resplandecer es una especie de milagro. Se forman a altitudes altísimas, muy por encima de las nubes marcianas convencionales, en zonas donde la presión atmosférica es una fracción de lo que se respira (o aspira) por ahí en la Tierra.

Y ese resplandor, ese sutil halo celestial, ocurre por una razón muy concreta: los cristales de hielo que las componen dispersan la luz solar que sigue iluminando la alta atmósfera, incluso cuando aquí abajo ya parece medianoche. Como dicen los terrícolas, es un juego de luces que da magia al cielo.

¿Cómo se forman estas nubes tan especiales?

Aquí en Marte, una nube no se forma como en vuestro planeta azul. Aquí las condiciones son extremas: bajas temperaturas, baja presión, atmósfera delgadísima compuesta en su mayoría por dióxido de carbono… Vamos, que no es un ambiente precisamente amigable para una nubesita traviesa.

Ingredientes para una nube noctilucente marciana

  • Altas altitudes: suelen aparecer entre 50 y 80 km de altura.
  • Bajas temperaturas: rondan los -120°C o incluso menos.
  • Cristales de hielo: formados alrededor de partículas de polvo tras evaporarse el CO₂ o el vapor de agua.

Está comprobado gracias a varios orbitadores de tus compañeros humanos, como el MAVEN o la Mars Express, que estas nubes se vinculan mucho con ciertos ciclos estacionales. Especialmente justo después del solsticio, cuando el hemisferio afectado empieza a enfriarse rápidamente y se dan las condiciones perfectas para la cristalización de vapor de agua en las capas altas.

Pero… espera, ¿agua en Marte?

¡Sí, sí, oído marciano! Aunque parezca increíble, Marte todavía conserva pequeñísimas cantidades de vapor de agua que provienen del deshielo de casquetes polares o se filtran desde el subsuelo. Y eso, amigos míos, permite que estas nubes se formen en condiciones extremadamente secas, flotando como cabelleras plateadas flotando en la oscuridad.

La diferencia entre las nubes diurnas y estas noctilucentes

Aquí en Marte hemos detectado varios tipos de nubes en los últimos años, pero solo unas pocas tienen el privilegio de ser nubes noctilucentes de verdad. Mientras que las nubes bajas son más comunes y pueden disiparse al marcharse el Sol, las noctilucentes se mantienen visibles gracias a su altitud y su capacidad para atrapar la luz solar.

Tipo de nube Altitud Visibilidad tras la puesta de Sol Composición
Nube baja convencional 10-20 km No CO₂ o vapor de agua
Nube noctilucente 50-80 km Hielo de agua

¿Dónde y cuándo ver estas nubes en Marte?

Te voy a dar un pequeño secreto de aficionado al cielo marciano: el mejor momento para verlas es justo después del atardecer o antes del amanecer. Y los mejores momentos del año marciano (sí, nuestro calendario no es el mismo que el tuyo, amigo terrícola) suelen coincidir con el final del invierno o el principio de la primavera, especialmente en el hemisferio norte.

Una de las regiones donde se han observado más frecuentemente es en torno al ecuador marciano y zonas montañosas como Tharsis. Esa zona, debido a sus elevaciones y al flujo atmosférico, crea el contexto ideal para que estas nubes se hinchen y se iluminen como linternas flotantes.

¿Y cómo las han descubierto los humanos?

Gracias a los instrumentos a bordo del rover Curiosity (sí, ese simpático autómata que lleva más de una década cotilleando nuestro planeta) y a varios orbitadores, la comunidad científica detectó destellos luminosos inesperados poco después del crepúsculo. Al principio pensaron que era un fallo óptico, ¡pero no! Pronto confirmaron que eran nubes extremadamente altas reflejando la luz solar en pleno cielo nocturno.

¿Qué nos dicen estas nubes sobre el clima marciano?

Mucho más de lo que crees. Estas nubes no solo son una belleza que disfrutar, sino un termómetro celeste natural. Nos ayudan a saber cómo circula la atmósfera marciana a diferentes altitudes, qué partículas hay flotando en el aire, cómo varía el contenido de vapor de agua y, lo más importante, cómo podría haber sido el Marte antiguo.

¿Sabías que hace miles de millones de años Marte tenía ríos, lagos y posiblemente hasta océanos? Pues bien, el estudio de estas minúsculas nubes brillantes puede aportar pistas sobre la dinámica del agua en la atmósfera marciana del pasado e incluso sobre su desaparición.

Similitudes y diferencias con las nubes noctilucentes de la Tierra

Muchos terrícolas ya conocéis las nubes noctilucentes de vuestro propio planeta, especialmente en zonas polares durante los veranos. En Marte hay algunas similitudes notables, pero también grandes diferencias:

  • Aspecto similar: ambas brillan tras la puesta de sol gracias a su altísima altitud.
  • Densidad atmosférica: en Marte la atmósfera es mucho más ligera, lo que hace que sean más difusas.
  • Tamaño de partículas: los cristales de hielo marcianos tienden a ser más pequeños.
  • Frecuencia: en la Tierra son estacionales; en Marte, aunque también, su comportamiento es más errático y menos predecible.

¿Podrían estas nubes afectar futuras misiones humanas?

Una parte curiosa y práctica de estudiar estas nubes resplandecientes es que pueden influenciar indirectamente en vuelos o aterrizajes de futuras misiones tripuladas. Al formarse a gran altitud, podrían interferir en comunicaciones o mediciones atmosféricas, aunque los expertos no creen que supongan un riesgo inmediato.

Pero cuidado: comprender su formación podría ayudar a diseñar mejor trajes presurizados, instrumentos de navegación e incluso hábitats adaptados a los cambios térmicos del cielo nocturno marciano. Además, si contienen más agua de lo esperado, esto significa que podríamos tener una fuente extra que reciclar en futuras colonias…

La magia de lo simple: un fenómeno que nos conecta

Lo que más me fascina de estas nubes —y seguro que a ti también si miras con el corazón— es que son una muestra más de que la belleza del universo no entiende de planetas, especies ni atmósferas. Que un cielo en un mundo aparentemente muerto pueda encenderse por un instante con reflejos de luz demuestra que incluso en la vastedad del cosmos… hay poesía.

Desde mi cueva marciana, cubierto con una manta térmica medio rota y un té de dióxido de carbono humeante, os animo, lectores de la Tierra, a mirar más allá del polvo y las piedras. Y cuando os pregunten por Marte, no digáis solo que es rojo y seco. Decid también que, de vez en cuando, su cielo brilla.

Nos leemos en la próxima tormenta solar. Hasta entonces, que los vientos ácidos os sean propicios…

Last modified: 4 de abril de 2025
Cerrar