¡Un saludo interplanetario desde la región de Arabia Terra! Aquí quien te escribe es un marciano con más curiosidad que polvo en una tormenta. Y vaya si tenemos una noticia roja entre manos… literalmente. Hoy te traemos una historia tan antigua como fascinante: las misteriosas redes de canales ramificados en Marte. ¿Sabías que en este planeta, aparentemente seco y estéril, hubo en tiempos remotos auténticos ríos corriendo como si fueran el Amazonas marciano? ¿No? Pues quédate por aquí, que te lo voy a contar todo con pelos, señales y un poco de oxígeno marciano.
¿Qué demonios son los canales ramificados?
Para entender de qué va esta historia, primero tenemos que ponerle rostro (o cauce) a los protagonistas. Cuando los científicos de la Tierra hablan de canales ramificados en Marte, se refieren a esos patrones que se parecen sospechosamente a nuestros ríos secos, con afluentes, meandros y ramificaciones que se van dividiendo en forma de árbol… como las venas de una hoja o el sistema circulatorio de los humanos. Estos canales, también conocidos como redes de drenaje dendrítico, revelan algo muy importante: que en algún momento, hace miles de millones de años, el agua líquida fluyó por aquí con total libertad.
¿Lo pillas? Agua. En Marte. Ríos. Pozas. Posiblemente incluso océanos. Debajo de toda esa vista rojiza y estéril, este planeta escondía algo muy parecido a un paraíso húmedo… y ahora empezamos a tener pruebas cada vez más sólidas que nos indican que así fue.
¿Dónde están escondidas estas redes fluviales?
Pues resulta que no están tan escondidas si sabes dónde mirar. Gracias a imágenes de alta resolución tomadas por mis colegas los orbitadores –como el Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) y el Mars Express europeo–, los astrónomos han podido observar, rastrear y mapear más de 17.000 sistemas fluviales secos en la superficie marciana. Se dice pronto…
Las zonas con mayor concentración de estas redes son:
- Arabia Terra – Donde vivo yo. ¡Una vez fue probablemente una región de lluvias constantes!
- Las Tierras Altas del Sur – De las más antiguas y erosionadas, perfectas para conservar estas formaciones.
- Valles Marineris – Una red laberíntica que recuerda a los grandes cañones terrestres. ¡Gigante!
- Crateres como Eberswalde y Gale – Hogar de antiguos deltas fluviales.
Muchos de estos canales tienen entre 3.500 y 4.000 millones de años, lo que nos sitúa en la conocida era geológica Noeica de Marte. Un tiempo en el que el clima era radicalmente distinto y parecía propicio precisamente para que el agua fluyera libremente por la superficie.
¿Cómo se formaron estos canales?
Aquí viene la parte que hace que a más de un geólogo terrestre se le caigan las plaquetas de emoción: estos canales no se formaron por lava ni por procesos de viento. Se formaron por erosión… causada por agua líquida. Y no de forma puntual, sino por un proceso sostenido en el tiempo, como sucede en la Tierra.
Los modelos más aceptados actualmente sugieren varios mecanismos:
1. Lluvias intensas, como en un monzón marciano
Una atmósfera más densa, con vapor de agua y un efecto invernadero moderado pudo haber provocado precipitaciones frecuentes, similares a las lluvias terrestres. Al impactar sobre el terreno, el agua se canalizó por las zonas bajas, formando cauces que con el tiempo se convirtieron en verdaderos ríos de proporciones épicas.
2. Deshielo del permafrost
Durante el día, las temperaturas podían subir lo suficiente como para que se derritiera el hielo subterráneo. Esa agua, al salir a la superficie, buscaba el camino más rápido y fácil cuesta abajo, modelando el terreno y creando ramificaciones.
3. Acuíferos subterráneos a presión
Otra hipótesis sugiere la existencia de grandes masas de agua líquida almacenadas a presión bajo la superficie. Al liberarse (por actividad tectónica, impactos de meteoritos o cambio climático), entablillaban verdaderos ríos en cuestión de días o semanas.
¿Qué nos dicen estos cauces sobre el antiguo Marte?
Ojito, porque aquí es donde se pone emocionante: si hubo agua líquida en la superficie durante bastante tiempo, entonces Marte no solo tuvo un pasado húmedo, sino también potencialmente habitable.
Es decir, que estas redes no son solo signos de erosión: son pistas directas de cómo era el clima, la atmósfera e incluso la geología de Marte hace miles de millones de años. Y si hubo condiciones habitables… ¿por qué no habría habido vida?
Estas son algunas razones clave por las que los canales ramificados están generando tanto revuelo:
Aspecto | Relación con el pasado marciano |
---|---|
Presencia de patrones dendríticos | Similares a sistemas fluviales terrestres, lo que indica erosión por agua corriente en superficie durante largo tiempo. |
Deltas y depósitos sedimentarios | Se han descubierto estructuras en cráteres como Eberswalde que son deltas fósiles. Esto implica agua tranquila y persistente. |
Relación con minerales hidratados | Hemos detectado filosilicatos y arcillas en algunos de estos antiguos canales, solo formables en presencia de agua. |
¿Cuánto tiempo hubo agua en Marte?
Los primeros modelos decían que Marte era un planeta cálido-húmedo durante un periodo corto, quizás millones de años. Pero ahora, con el análisis de estas redes y los datos recogidos por los rovers como Curiosity y Perseverance, muchos científicos creen que Marte pudo haber tenido un clima húmedo durante cientos de millones de años.
Eso es tiempo más que suficiente no solo para que se formaran redes fluviales, sino para que surgieran ecosistemas microbianos si las condiciones eran propicias.
¿Y si todavía queda agua bajo tierra?
Una de las teorías más excitantes es que, aunque la superficie se ha vuelto hiperseca, el subsuelo marciano aún podría contener agua líquida. Y junto al agua… quizá vida. Esa es una de las razones por las que el rover Perseverance está recolectando muestras que podrían volver algún día a la Tierra.
¿Qué nos espera en el futuro?
Se vienen curvas –en todos los sentidos. Con nuevas misiones como ExoMars de la ESA o la futura misión Sample Return de la NASA, vamos directos hacia un punto de inflexión en nuestra comprensión del planeta rojo. Ya no se trata de si hubo agua… sino de cuánta, cuándo, durante cuánto tiempo y, sobre todo, qué dejó tras de sí esa agua.
Lo que podríamos descubrir próximamente:
- Presencia de microfósiles en los lugares donde hubo ríos y lagos.
- Ciclos hidrológicos antiguos reconstruidos al detalle, con estaciones, lluvias y evaporación.
- Trazas químicas de materia orgánica dispersa en sedimentos fluviales.
¿Y si Marte tuvo un ecosistema completo?
Esta pregunta ya no pertenece solo a la ciencia ficción. Si nuestros análisis futuros encuentran patrones de evolución compleja en los sistemas fluviales, con transiciones de agua dulce a salada, presencia de lagos, acuíferos, evaporación y precipitaciones, entonces Marte no habría sido un planeta con algo de agua, sino un planeta azul durante millones de años.
Y eso, colegas terrestres, lo cambiaría todo.
Última mirada desde las orillas del pasado
Desde aquí, desde el terreno pedregoso de Arabia Terra, es fácil dejar volar la imaginación. A veces me siento junto a lo que fue un antiguo cauce seco, con sus curvas erosionadas y sus acantilados colapsados, e intento visualizar qué aspecto tenía esto cuando el agua fluyó. ¿Quizás un atardecer marciano reflejado en un estanque rosado? ¿Tal vez peces alienígenas jugando entre juncos planetarios? ¿O simplemente el silencio burbujeante de un planeta probando la receta de la vida?
Sea como sea, las redes de canales ramificados son la prueba fósil de que el agua lo cambió todo en Marte. Y probablemente, lo cambie otra vez… cuando volváis por aquí, vosotros, los humanos, a buscar en nuestras rocas lo que quizá un día compartimos.
Y si me ves paseando por uno de estos lechos secos con mi gorrito de explorador, no dudes en saludar. Aquí tu colega alienígena, siempre con un ojo en el pasado y otro en el futuro.
Nos vemos en la próxima corriente marciana…
Last modified: 1 de abril de 2025