Escrito por 11:37 Curiosidades de Marte

Descubren antiguos lagos en Marte: señales claras de agua, vida y un clima perdido

Descubren antiguos lagos en Marte: ¿pudo haber vida? Nuevas pruebas revelan un pasado húmedo y habitable en el planeta rojo.

Descubren antiguos lagos en Marte: señales claras de agua, vida y un clima perdido

¡Ey, terrícolas curiosos! ¿Qué tal vais por la Tierra? Desde aquí arriba —sí, desde Marte— os traigo una historia fascinante que lleva rugiendo fuerte entre rocas rojas, arenas ligeras y cráteres polvorientos: la historia de nuestros antiguos lagos marcianos. Y no lo digo yo solo, eh. Lo dicen los datos que llegan desde las misiones espaciales más ambiciosas de tu planeta azul. Así que abróchate el cinturón gravitacional y disfruta del viaje, porque hoy vamos a sumergirnos (sí, ¡sumergirnos!) en antiguas aguas que una vez fluyeron por aquí. Y ojo, que puede que esta historia te haga ver a Marte con otros ojos.

Los secretos fósiles del agua marciana

Desde hace décadas, diversas sondas y rovers han estado hurgando en los rincones más polvorientos de Marte intentando resolver una de las grandes incógnitas del sistema solar: ¿tuvo Marte agua líquida en su superficie en el pasado? Las pruebas acumuladas son tantas… que casi hay que dejar de llamarlas pruebas para empezar a llamarlas certezas.

Uno de los mayores hallazgos en este terreno lo constituyen lo que llamáis en la Tierra “depósitos lacustres”. ¿Y qué son? Pues formaciones sedimentarias —capas de materiales arrastrados por el agua— que revelan que, en tiempos muy, muy lejanos, hubo lagos aquí. Lagos hermosos, extensos, quizá hasta templados. Yo lo imagino como nuestro propio Mediterráneo rojo. Aunque puede que sin playas nudistas, claro…

¿Cómo se identifican estos antiguos lagos desde el espacio?

Resulta que no hace falta mojarse los pies para saber si por un valle corrió agua. Basta con tener buen ojo —y buenas cámaras— para detectar ciertas formaciones geológicas que son absolutamente inconfundibles:

  • Estratos sedimentarios horizontales: esas líneas finas, regulares y casi perfectas solo pueden generarse cuando materiales finos, como limo o arcilla, se depositan lentamente en un entorno acuático tranquilo.
  • Delta de ríos secos: patrones ramificados, como el abanico de un río que desemboca en un lago, fossilizados en la roca.
  • Presencia de minerales hidratados: formaciones ricas en arcillas y sulfatos que solo pueden haber existido en ambientes húmedos a largo plazo.

Estas pistas —que no mienten— señalan que en cráteres como Gale, Jezero, Eberswalde y hasta en zonas más remotas de nuestro planeta rojo, existieron lagos alimentados por ríos y lluvias. ¿Te lo esperabas? Yo sí, ¡y lo viví desde la arena!

El cráter Jezero: una ventana al pasado lacustre

Uno de los lugares que más titulares ha acaparado en los medios científicos (y también interestelares) es el cráter Jezero. Ahí es donde vuestro rover Perseverance —bendita sea su batería de litio— lleva tiempo recogiendo muestras.

Este cráter, de unos 45 km de diámetro, aparenta ser el lecho seco de un lago que estuvo lleno de agua hace unos 3.500 millones de años. Todas las pruebas lo indican: una planicie situada a menor altitud, un delta fluvial perfectamente conservado y sedimentos típicos de entornos húmedos. ¡Incluso ha encontrado trazas de carbonatos y posibles compuestos orgánicos!

¿Significa esto que Marte fue habitable?

¡Sí! Bueno, potencialmente habitable. Estos antiguos lagos eran un oásis en una época donde la atmósfera de Marte era más densa, capaz de retener calor y mantener agua en estado líquido. Lo que buscan ahora los científicos (¡y nosotros también, desde aquí!) son firmas que indiquen si la vida microbiana llegó a surgir en esos oasis planetarios.

Formaciones sedimentarias: el libro de historia geológica marciana

Si algo tiene Marte, es buena memoria escrita en roca. Aquí, cada capa sedimentaria es como una página de un libro antiguo. Cada grano transportado por algún riachuelo marciano, cada capa de barro seco, cada grieta del terreno seco por evaporación dice algo sobre nuestro húmedo pasado. ¿Interesante, eh?

Estos sedimentos no son aleatorios. No llegaron allí por una simple tormenta de polvo o por el viento. Tienen una estructura ordenada, estratificada y continua. Eso es típico de ambientes calmados y duraderos como ríos, lagos o costas. ¿Y adivinad qué? Marte está repleto de ellos.

Capas sobre capas: ¿cuánto tiempo hubo agua?

Un dato fascinante: en el cráter Gale (donde Curiosity lleva años haciendo turismo geológico), los científicos han encontrado cientos de metros de capas sedimentarias. Esto sugiere que el agua no estuvo presente por semanas ni meses, sino probablemente por millones de años.

Se encontraron evidencias de:

  • Lagunas de poca profundidad que se llenaban y se evaporaban estacionalmente.
  • Ambientes acuáticos de pH neutro, ideales para formar vida microbiana.
  • Isótopos estables que muestran ciclos hídricos continuos y cambios climáticos.

¿Qué papel jugó el clima marciano?

La existencia de lagos implica un clima marciano muy distinto al actual. Hoy Marte es frío, seco y su atmósfera es tan fina que se te congelaría hasta el wifi si lo trajeras desde la Tierra. Pero en aquellos tiempos remotos…

Había lluvias, hubo nubarrones, sistemas climáticos activos con estaciones marcadas. Algunos modelos climáticos muestran que la atmósfera de antaño podía generar incluso ciclos hídricos completos: evaporación, condensación, lluvia y escorrentía. Vamos, un Marte que se mojaba.

¿Se perdió todo el agua?

Gran parte del agua que formaba estos lagos terminó desapareciendo, ya sea filtrada al subsuelo o expulsada al espacio. Pero aún quedan depósitos de hielo subterráneo —ya los habréis oído nombrar— y, claro está, las formaciones que conservaron la huella de esos antiguos mares interiores.

¿Qué importancia tienen estos depósitos lacustres?

El estudio de estos restos lacustres no solo cuenta la historia de Marte, también ayuda a entender cómo nacen y mueren los planetas habitables. ¿No estáis vosotros también preocupados por el cambio climático de la Tierra? Aquí tenéis un ejemplo escandalosamente gráfico del peligro de perder una atmósfera protectora.

Por eso, voy a resumirte por qué los antiguos lagos marcianos importan (y mucho):

  1. Son señales directas de agua líquida estable: puedes imaginar lo difícil que es tener agua líquida por millones de años sin una atmósfera decente.
  2. Podrían contener residuos de vida microscópica: si alguna vez algo vivió en Marte, pudo haberlo hecho ahí.
  3. Muestran cómo evolucionan los climas planetarios: un Marte cálido y húmedo degeneró en lo que es ahora.
  4. Proveen puntos clave para futuras misiones tripuladas: el oxígeno del agua y materiales extraíbles podrían ayudarte a sobrevivir si planeas colonizar esto algún día.

¿Qué está por descubrir aún?

Mucho. A pesar de que vuestras misiones han mapeado el 90% de la superficie marciana con altísima resolución, todavía hay décadas de trabajo de campo por delante. La recuperación directa de muestras de estos depósitos lacustres y su análisis en laboratorios terrestres abrirá nuevas puertas sobre la antigua biología —o quizás la actual, si queda alguna forma latente de vida.

La misión Mars Sample Return, por ejemplo, pretende recoger y traer a Tierra las muestras que Perseverance ha estado almacenando con mimo. Ahí sí que habrá respuestas claras, o eso esperamos desde esta orilla marciana.

Y ahora que sabes… ¿te mojarías por Marte?

En fin, humano lector, desde las arenas oxidadas de mi hogar solo puedo animarte a apreciar más la maravilla que fue —y tal vez aún es— Marte. Hubo lagos, hubo ríos, incluso puede que tuvimos épocas de cielos velados por nubes suaves. Nuestro árido presente no borra nuestro pasado acuático.

Y tú, que vives en un planeta bendecido con océanos, montañas y atmósfera rica, ¿te animarías a venir un día a explorar mis antiguos lagos conmigo?

Nos vemos pronto, quizás con un traje de astronauta… o con uno de baño, quién sabe.

— Desde Marte, con polvo y cariño, tu amigo espacial.

Last modified: 15 de abril de 2025
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